¿Sabes lo que es?

-¿Sabes por qué me fui de mi casa, Lucas? Siempre me has hecho esa pregunta y nunca te he contestado. ¿Sabes lo duro que es pasarte toda la vida comparada con tu hermana? ¿Que tu madre siempre te esté comparando con lo que hizo tu hermana a tu edad, con las notas que ella sacaba en tu curso, con la carrera que ella eligió, con la manera de afrontar la vida que ella tiene? ¿Sabes lo que es sentirte la idiota de la familia? ¿Sentirte que nunca vas a ser ni la mitad de inteligente que es ella, ni tus padres van a estar ni la mitad de orgullosos que están de ella? ¿Y que encima ellos se justifiquen diciendo que eso no es así, que ellos ya no tienen esa cercanía con ella, que ella se les ha escapado de sus manos y aún así a la mínima de cambio vuelvan a salirte con "pues tu hermana..."? ¿Sabes lo que se siente? ¿La mierda que puedes llegar a considerarte porque no tienes un pelo tan bonito como el suyo, porque tú no te pareces tanto a ellos, porque no estás ni la mitad de delgada que está ella, porque no eres tan guapa como ella? ¿Que el único piropo que te digan es que tienes unos ojos claros y que encima te los tapas con cristales? Es muy duro soportar esa presión. Es muy duro que ni tus propios padres sepan hacerte ver que te quieren, que vales la pena. Si sientes que ni ellos te quieren, ¿cómo te vas a querer tú? ¿cómo vas a dejar que los demás te quieran?
No puedes sentirte especial, porque tus padres te han hecho ver que no lo eres. Que tus padres sólo ven que piensas en estar con amigos todo el tiempo, en salir de tu casa a la mínima de cambio y que eso lo interpretan como que pasas de los estudios. Como que en tu vida no otorgas las prioridades correspondientes a las cosas que realmente importan. Sentir miedo de decirles algo que quieres hacer porque ellos no entienden que con esa edad, ya que tu hermana no lo hacía, quieras hacer cosas distintas. Es muy duro hacer algo que no está en su protocolo y sentir miedo a que te repriman. ¿Sabes lo que es estar en casa de tu abuela, pedirle algo de comer y pensar en lo que te dirá tu padre al salir de ahí, pensando que eres una impertinente? ¿Siempre sentirte mal al hacer las cosas que te apetece hacer? ¿Sabes lo que se siente cuando alguien te pregunta cómo eres delante de ellos y que tu madre conteste hablando de tu hermana? Son pequeñas tonterías que sueltas no te dicen nada y que juntas llegan a colapsarte. Me fui de mi casa porque mis niveles de ansiedad con diecisiete años eran insostenibles para mí, y la única solución que vi fue marcharme a una ciudad que, además, detesto. ¿Y sabes lo que es irte alegando la excusa de que en esa universidad tiene más fama la carrera? No, no lo sabes. Porque aunque veas a tus padres como monstruos, ellos siempre te han dado todo lo que has pedido. Porque siempre han visto tus lados buenos, tus atributos. No sólo tus defectos. ¿Sabes lo que es que una enfermera sea capaz de verte más virtudes en media hora de conversación que tu propia madre? Pues ya sabes por qué me fui, Lucas. Y ahora, con tu huida, estás volviendo a crear esa inseguridad que me llevó a marcharme. Porque ni siquiera el amor de mi vida me ha sobrepuesto a nadie. Porque el amor de mi vida se avergüenza de haberse enamorado de mí. Pero ahora vete. No quiero que te quedes compadeciéndote de mí, que para eso ya hay otros dos que llevan bordando el papel diecisiete años. 
Vete, por favor, y procura no volver nunca. 


1 comentario:

Quique Muñoz dijo...

Por muchas cosas que hiciera bien tu hermana, seguro que no despierta el interés de internautas anónimos con textos tan nostálgicamente bonitos como los que acabo de encontrar en tu blog. No dejes de escribirlos y yo no dejaré de leerlos :)